einmal ist keinmal

ésta vez me pongo gafas de aumento,
y entre un café cortado
y un cigarrillo camel
te digo,
que,
las palabras destino, suerte (destino positivizado), vida, y tiempo son tautológicas entre sí

"si estoy en la situación A, significa que no podré estar en B" por lo cual decir que existe un destino, es admitir (tácitamente) que viví A porque jamás podría comparar empíricamente lo que hubiera sucedido en B.

por ejemplo: si me encuentro en el supermercado comprando frutillas para hacer daikiris, podría pensar que fue el destino el que me impulsó a hacer esa actividad ¿pero cómo no voy a estar "destinada" si es lo único que podría estar haciendo? ¿acaso qué otra cosa me podría suceder diferente a lo que me sucede?
claro que seguramente se fueron desencadenando una serie de hechos que llevaron a que mi ser se encuentre en toledo y no en carrefour; a decidir comprar frutillas en vez de toallas para secar las manos. pero todas estas "elecciones humanas" no justifican el hecho de estar condenados a una sola vida; al déficit de paralelismos.
como si la existencia fuera una ruta donde la línea amarilla es la única que podemos seguir. ¡claro que podemos decidir que cosas queremos y para dónde nos gustaría guiar nuestro rumbo! pero si en la ruta nos encontramos con una roca, no significa que estábamos destinados a ella (como si millones de cosas diferentes podrían haber pasado) porque la vida es una sola y no existe la preparación.

si el hombre pudiera vivir múltiples vidas ¿acaso la cantidad de destinos no sería directamente proporcional a las mismas?

como dice milan:
"si el hombre sólo puede vivir una vida, es como si no viviera en absoluto"