jueves, 4 de marzo de 2010

yo no me como a mis amigos

es miércoles y llueve mucho. decidimos salir a un bar a tomar un vino, o una cerveza con maní, pero el lugar elegido no abre hoy. ¿y ahora a donde vamos?
la opción número dos es atractiva y se llama dickens. un bar jazzero y con re buenas energías. somos 4, dos niñas y dos niños: uno con barba, otro con lentes, una con rastas y otra peli corto. (muy diferentes, pero iguales)
nos sentamos en el sector fumadores en un pequeño rincón que da hacia la ventana. la mesa es muy alta, una araña está al lado mío, los faroles chorrean agua y un perro camina solito por la calle.
yo pido una hamburguesa sola
ella pide una pizzeta con huevo porque es vegetariana
él ya comió en la casa
el otro "él" pide lo mismo que yo pero con tomate y otras cosas

debatimos a cerca del vegetarianismo. en realidad yo casi no omito opinión, pero uno de ellos dice que comer huevos también es una especie de muerte.

"¿sabés que le hicieron a la gallina que "puso" ese huevo que felizmente te estás comiendo? la hacinaron en una jaula, la iluminaron con luz artificial, le dieron hormonas para acelerar su crecimiento, etc etc."

"si bueno pero yo estoy en contra de la muerte de los animales"

"¿entonces que torturen pero que no maten?
te contradecis"

"yo tengo tu misma ideología, pero me gusta tanto la carne que jamás podría rechazarla. yo creo que en el fondo, a los vegetarianos no les copa tanto el asado como a mí"

"a partir de hoy no te quiero ver comiendo un huevo"


blablablabla.

seguimos hablando muy concentrados, como totalmente metidos en la conversación. pienso en que los vegetarianos tienen que bancarse dar explicaciones todo el tiempo a cerca de su ideología y que está muy de moda alimentarse sólo con verduras. es muy del último siglo, muy contemporáneo.

a nuestra izquierda hay una mesa con un cartel que dice "reservado" y los reservadores de la misma festejan el cumpleaños de un hombre con gorrita. caen 6 amigos con orejas expandidas e intuyo, que tanto él, como el otro él, ella, y yo, por dentro pensamos en que esos amigos están unidos por esos aros, que ven un gran valor en ellos y que no es casual que todos tengan las orejas del mismo modo. es como el hilo conductor de su relación.

a nuestra derecha dos chicos escriben en cuadernos, un poco de poesía, un poco de cuentos, un poco de historias

atrás nuestro dos mujeres hablan de un analista. toman quilmes bock de litro y huelen a perfume barato. sé que son psicólogas. tienen tremenda cara de adictas a freud y pronuncian palabras como "terapia" "teoria" y "sesión".


ahora
empieza a llover mucho
muy muy fuerte
hay truenos y gente que camina como derretida, como chorreando partes de su propio ser
la araña que me aterró en un principio, ahora trata de esconderse para no mojarse

y pienso
¿qué pasa si de repente llueve tanto tanto que debemos pasar la noche en el bar? que se inunden las calles, que debamos cerrar las ventanas, que floten los autos y entonces como un acto que sucede de la nada, tengamos que convivir con los extraños que nos rodean.
¿son tan extraños realmente? ellos saben que existimos, y nosotros sabemos que ellos también lo hacen. algo nos debe unir. elegimos el mismo lugar para compartir un rato, la bebida, escuchamos al unísono la armoniosa trompeta que está de fondo

los camareros, son hilo conductor del lugar

y de repente es como sí el sector no fumador, no tuviera nada que ver con nosotros

2 comentarios:

  1. Dickens... hogar de mis 15 años... la Sara me pasaba los discos que le llevaba. Me acuerdo cuando no había lugar fumadores y en los box podías fumarte todo. Y en invierno la estufita, la mesa grupal.
    Yo soy vege y te digo que sí, da paja bancarse las explicaciones. Aún así como huevo y leche, porque no encontré como reemplazarlo aún, y a pesar de la cagada de la tortura de los animales en cautiverio explotados para que empollen o den leche, todavía no se me facilitaron otras opciones. No es fácil ser vegetariano y menos en este país, y encima las cosas orgánicas son carísimas.
    Hola andre!

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  2. Me encanta este blog, y siempre que paso y hay varis entradas nuevas me pregunto por qué no entro más seguido.
    Dickens es el único café al que voy desde que tengo 14 años. Todas mis innmuerables citas fallidas las tuve en ese lugar, y a todas mis incontables amigas las llevé ahí también. Los camareros deben pensar que soy la persona más sexualmente activa de Mar del Plata. Garrafal error.

    A este post lo escribiste como un cuento bonito. Es un cuento bonito.

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